"No le creo, miren cómo se ríe". Perspectiva, le llaman algunos, yo, la verdad no tengo ningún nombre. Anormalidad, tal vez? No lo sé, pero lo cierto es que en momentos adversos en los que supuestamente (según no sé quién) tengo que llorar (o en buen dominicano "rajarme a dar gritos") sale de mí una sonrisa imprudente.
Sí eso es. En esos momentos de tristeza, el reírme no me causa más que problemas. Y no es que yo no llore, el que diga que no me ha visto ta loco, pero la verdad, es que no me gusta: me da dolor de cabeza. Siempre lo he dicho, y los eventos me lo han confirmado. Pero qué hacer cuando la gente se lleva una mala impresión solo porque mi cerebro atolondrado manda una información atolondrada a mis labios??? No lo sé, pero ir contra la corriente, incluso en momentos en que yo misma quisiera demostrar tristeza, es francamente imposible.

Ayer escuché a cierta profesora de voz chillona (yes, the economist) decir que la gente no puede reírse sola, y mucho menos decir que ni sabe de que se ríe. Bueeeno -pensé- a mi que no me pregunte, porque ahí si es verdad que hasta me paga el psiquiatra............

Por qué me río tanto?? No sé. Creo que nunca encontraré una respuesta lógica a esa pregunta (para ser sincera. Pero lo que sí sé, es que no voy a dejar de hacerlo. A lo mejor tendré que dar muchas explicaciones más, pero no me importa............para algo se hicieron las palabras..........