7/31/2011

Who stole my cheese?

Empezaré por decir, y supongo que ya lo supondrán ustedes, que se han perdido de muchas cosas. De todas formas este no es precisamente el momento para contar todas mis aventuras de los últimos meses. Sí les diré que, como cada año en la vida de cualquier dominicano que llega a España como estudiante y se quiere quedar, ha llegado (junto con el ansíado verano) el momento de buscar una práctica. 

Puede decirse que la búsqueda de un nuevo trabajo, que es equivalente a un nuevo comienzo, puede ser una gran, pero desesperante aventura. Ya no me asusta ir a entrevistas, puedo incluso dejar escapar un poco de esa risa tan característica, e incluso me permito uno que otro capricho, como aparentar la que más sabe de todo o incluso llamar a mi entrevistador más de una vez para cambiar la hora. 

The good thing about interviews is how much you can learn about yourself and how you can use that information to grow. Además que se conoce mucha gente y uno sabe cómo lo bien (o mal) que se ha movido en el ambito laboral.

Pero bueno, que no es precisamente ese tema el que nos atañe en el día de hoy. Muchos de mis colegas (quitando claro a mi carajito de la porra y mi vidi) no saben lo que en realidad significa llevar esta vida de inmigrante profesional feliz que quiere una mejor vida. No es que me queje, porque claro, al final yo he elegido este camino. A lo que me refiero es que de vez en cuando, se agradece un poco de estabilidad. 

De todas formas una tarde de estas fui a visitar un amigo, que bueno, podemos considerar una especie de Pitoniso. As usual, though we don't really talk that much, me dio par de ideas que me pueden servir. Moraleja: rodéate de gente que sabe, que resuelve y que busca soluciones. 


La semana pasada terminó muy bien. De cañas con nuevos amigos, convertida en zombie (jeej Iphone) y bueno, feliz como una lombriz.