8/16/2006

Se acabó. Ya no más horas felices de vagancia. Las clases han empezado y con esto (como si fuera una especie de combo) viene todo el stress y gastadera de dinero que provoca la universidad, pero después de todo, quién dijo que superarse sería fácil? El verano fue excelente. En mi pasantía aprendí muchas cosas, pasé par de vergüenzas (qué raro) y conocí un "reguero" de gente. También comí mucho. Algo digno de contar? Bueno, en una de mis conversaciones con cierto gerente [ a quien de cariño le decimos “la grúa” (obviamente el no sabe que lo "queremos" tanto)] mi estómago quiso hacerse el chistoso e hizo un ruido, bueno, bastante ruidoso (sí, se escuchó muy claro). Como siempre pasa, en ese momento se hizo un silencio profundo………yo sólo dije “bueno, tengo hambre” (fue lo único que se me ocurrió a pesar de haber llegado de almorzar media hora antes......... ).

Ehhhhh, qué puedo decir? Ya se acabaron los tiempos de salir sin pensar en tarea, de pasarse los domingos viendo tele........qué tiempos aquellos!!
Como tuve tanto tiempo de relajación, y mi mente que es tan productiva se mantuvo totalmente abierta al mundo pude realizar varios descubrimientos:
1. Hablar solo no siempre es signo de locura.
2. Reírse mientras se habla solo sí puede ser señal de locura.
3. Ciertos sonidos estomacales no se pueden evitar.
4. Por qué será que la gente cuando ve una planta (entiéndase "mata") de plástico, la toca para asegurarse que no es de verdad, cuando en realidad está totalmente segura de que es de plástico????
Bueno, por ahora eso es todo lo que puedo contar (en buen español: mi jefa está aquí....), así que esta historia continuará algún día, en algún lugar..........