12/08/2010

Parte I. Bienvenida a tu interior...

Hacía un frío inclemente. Pensaba que iba a perder la oreja derecha por congelación. Como siempre caminaba apurada para llegar al trabajo. Otro día más en una vida que más que diferente se había vuelto tan rutinaria como los días de la semana. Necesitaba algo para romper con esos hábitos constantes que me dejaban siempre en el mismo lugar.

Seguí mi camino, como de costumbre, bueno casi como de costumbre, porque de repente sentí como algo muy duro golpeó mi cabeza y caí.
  
Oscuro. Abrí los ojos y no veía nada a mi alrededor. No sentía dolor alguno. Sólo escuchaba una especie de eco sin sentido. Podría ser el eco del silencio. De repente, me fijo en una luz que se hace cada vez más luminosa. Y de la nada, como si andara en plena carretera, aparece un letrero que dice Bienvenida a “Tu interior”. Era un letrero de neón, en azul y verde. No entendía nada, en qué momento pasé de cruzar la calle del autobús 28 a estar en mi interior? Cómo rayos estoy dentro de mi….y qué se supone que hace mi yo normal, si yo estoy dentro de mi yo?? Estaba ya muy líada como para entender lo que estaba pasando, cuando se me ocurrió que, si estoy dentro de mi, entonces dentro de mi, la persona que habla/escribe tendría que haber alguien más…..no importa, es una situación complicada que la misma Mary Poppins describiría como supercalifragilísticoexpialidoso. Era como si el tiempo y la coherencia no existieran dentro de mí.

All of a sudden, mi aparente tranquilidad se ve interrumpida por una extraña canción muy familiar proveniente de no se dónde: ♪Let it snow, let it snow, let it snow♫

Es uno de mis villancicos favoritos. Y en ese momento lo supe. Mi yo inconsciente estaba en la oficina, cotizando algún grupo, con la mente manejada por el monstruo de la rutina, y yo paradójicamente atrapada dentro de mi misma sin poder hacer nada. Todo sucedía tan rápido que era casi incomprensible para mí. Tenía que salvarme, no podía permitirme seguir así, necesitaba un cambio, algo que destruyera por completo esa sensación de siempre hacer lo mismo. Y ahora que una parte de mi era libre, aunque sólo dentro de mi, pero al menos consciente del problema, sólo tenía que encontrar ese punto que marcaba una diferencia, donde podría decidir qué hacer y vencer la inercia asfixiante del día a día.

Pero…estaba haciendo el trabajo bien? Sería mi mente sustituta capaz de hacerlo todo de la manera correcta?

-Aure por favor deja de cantar villancicos, que no estamos en Navidad…Noviembre, es Noviembre

-Ay David pero es que en RD cuando hace frío es Navidad, como aquí hace frío antes, pues Navidad llega antes… ajjaajjaja

No había espacio en mis pensamientos para una situación semejante. Por un lado estaba llevando mi vida normal como todos los días, por otro, estaba en una especie de dimensión paralela viendo como todo ocurría en un plano distinto. En este momento recordé la famosa paradoja del mentiroso

Lo único positivo en que podía pensar es que el mundo seguía como si nada, mientras yo estaba en semejante problema. No sabía qué hacer, ni siquiera sabía en qué parte de mí me encontraba ni cómo había llegado allí.

Con la luz del letrero me fijé que el espacio era pequeño, como una salita con un pequeño estante blanco lleno de adornos de diversas partes del mundo. Lo reconocí inmediatamente y me pareció un gran detalle que mi interior tuviera los mismos adornos de mi casa materna. En este momento me confundo un poco porque si digo mi casa podría referirme tanto a mi casa en Madrid como a mi casa en Santo Domingo. No se si es que tengo dos casas o si no se cuál es mi casa.

Dentro de mí podía sentir cómo iba pasando el tiempo, también percibía los procesos de mi cuerpo de una forma distinta. El almuerzo (recordé que este día había preparado una pasta con gambas), la digestión: cómo se fortalecía mi ser hambriento luego de semejante manjar. En un momento noté cómo mi cuerpo se tambaleaba (supongo que por dentro la sensación era más fuerte) y supe que era ya la tarde e iba a dirigirme al office por algo de café.

Me senté a esperar que pasaran las horas sin ningún resultado. Después de todo no sabía qué hacer ni cómo salir de allí. En esos momentos tampoco me atrevía a explorar mi cuerpo porque tenía la hipótesis de que a lo mejor, para que todo volviera a la normalidad tenía que permanecer en el mismo sitio dónde había despertado. Aunque a cada momento crecía mi curiosidad por saber cómo era por dentro. De repente, me sentí muy cansada y fui cayendo en un sueño envolvente que me dejó prácticamente inconsciente.

La mayor sorpresa fue cuando desperté y vi a mi alrededor...

1 comment:

Unknown said...

Aja? Aja? y el final? ya van como 3 semanas y no veo la continuacion por parte...

Fuera de eso, muy surreal. Me gusto :D