12/08/2012

Small acts of kindness...


Hace unas semanas la amiga de un amigo me pidió asistir a un debut que le habían oganizado para iniciarse como consultora de belleza. Ella estaba muy ilusionada así que dije que iría.
Pasó una semana y el día de la actividad estaba lluvioso y frío. Además había quedado a comer con una amiga y la verdad no tenía muchas ganas de asistir. Sin embargo recordé algo muy importante: el valor de mi palabra, ya había confirmado que iría. Cuántas veces no hemos confiado en personas que luego nos dejan tirados? Sólo tuve que analizarlo por unos segundos, así que tomé mis cosas y partí hacia el lugar, que además está super cerca de dónde yo estaba ese día.
Aunque pensaba que iba con retraso, resulta que fui la primera en llegar. La cara de sorpresa y alegría de mi amiga (claro, ya no es sólo la amiga de un amigo) superó por mucho cualquier esfuerzo que yo haya tenido que hacer por estar allí, que básicamente fue tomar la decisión. Aparte, lo pasé super bien, me encontré con otro amigo que tenía un montón sin ver y aprendí varios truquillos para el cuidado de la piel. 
Ese día terminó muy bien. Tomé el autobús de vuelta a casa, y compartí unas pizzas con mis compis. No está de más mencionar todo lo que nos reímos, los que nos conocen, ya saben cómo es. 
Moraleja: los pequeños actos de generosidad valen la pena. A veces consisten en cumplir tu palabra o acompañar a alguien en un día importante, pero por pequeño que, sea tu corazón siempre terminará más lleno que antes. 
On ne voit bien q'avec le coeur. L'essentiel est invisible pour les yeux. (A. Exupéry)
x